Para el desarrollo de actividades y proyectos al interior del grupo Pedagogía Urbana y Ambiental, es necesario hacer aclaraciones conceptuales de los términos fundamentales para el grupo; uno de ellos, está relacionado con la definición ambiente.
Antes de empezar, es importante aclarar que el término ambiente se ha acuñado desde sus comienzos al trabajo de las ciencias naturales, desconociendo la trascendencia que tiene en varias - por no decir todas - las áreas del conocimiento; por tanto, cualquier definición de ambiente que se adopte debe tener claramente planteado la importancia de la interdisciplinariedad para su comprensión.
El concepto de ambiente tiende a tener dificultades al ser definido quizás porque se entiende por ambiente una unidad en el espacio, a los sistemas naturales, los problemas de contaminación o el deterioro global; sin embargo, el ambiente es más bien un sistema complejo y dinámico “en él existen interacciones físicas, biológicas, químicas, sociales y culturales que se manifiestan o no entre los seres humanos, los demás seres vivos y todos los elementos del entorno en el cual se desarrollan”[1], estos elementos pueden tener un carácter natural o pueden ser derivados de transformaciones e intervenciones humanas en un lugar y momento determinado. Por esta razón, “Nos movemos en un mundo en donde todo está interconectado y en el que los grandes conflictos ambientales no son únicamente cuestiones ecológicas, sino verdaderos problemas políticos, éticos y económicos...”[2]
En este sentido, si no comprendemos a lo que hace referencia el término “Ambiente”, difícilmente podremos llegar a establecer lo que pretendemos alcanzar mediante la educación ambiental. No existe una sola definición de ambiente, es necesario reconocer la existencia de múltiples concepciones (Sauvé, 1994)[3] particulares sobre éste, tales como:
ü El ambiente como problema, donde es necesario definirlo para solucionarlo
ü El ambiente como recurso, donde la mirada es netamente administrativa; los recursos son consumibles, deteriorables y escasos, por tanto, hay que administrarlos.
ü El ambiente como naturaleza que en sí misma hay que respetar y velar por su preservación, si es necesario, alejándolo de los componentes sociales que tanto le afectan
ü El ambiente como biosfera, donde será posible mantener a los humanos por mucho tiempo.
ü El ambiente como lugar de vida que merece ser conocida para aprovecharla
ü El ambiente como comunidad, donde confluye la participación
Sin embargo, el objetivo no es posicionarse en una sola de estas concepciones, teniendo en cuenta que “el ambiente es una realidad infinitamente compleja y contextual, que solo se puede abordar en forma adecuada desde una pluralidad de perspectivas”[4].
Por otra parte, desde el ámbito educativo se ha hecho referencia a
La educación ambiental posee dentro de sus objetivos difundir conocimientos e inspirar actitudes en las personas y los grupos sociales, ayudando a la comprensión del ambiente, de los problemas y las potencialidades, con el fin de aumentar la capacidad de análisis de las interacciones sociales, la participación en los programas y la reflexión frente a sus acciones, fortaleciendo una responsabilidad en y con el ambiente[6].
La educación ambiental no es una nueva materia dentro del programa académico, por el contrario, es un proceso formativo donde se encuentran los objetivos educativos, la organización pedagógica de la institución y las múltiples estrategias de enseñanza que permitirá un aprendizaje integral. De esta manera, la educación ambiental no es un fin, sino un medio que permite a las personas situarse dentro de su entorno y reconocerse dentro de un ambiente, no con el enfoque aislado por disciplinas, sino, construyendo concepciones, habilidades y actitudes a partir de la integración de distintos saberes[7] importantes para comprender su impacto en el ambiente y la diversidad biológica inmersa en éste.
Finalmente, es importante explicar que las propuestas pedagógicas enmarcadas bajo la educación ambiental requieren de una estrategia didáctica y una reflexión pedagógica que trascienda el conocimiento acumulativo, descontextualizado y segmentado. Dentro de las experiencias pedagógicas se hace necesario la construcción e implementación de estrategias y metodologías que incluyan la comprensión de su ambiente como sistema y la posterior identificación de las condiciones y problemáticas.
Elaborado por Anacristina Bayona López[1] Concepto propuesto por Maritza Torres Carrasco. Ministerio de Educación Nacional.
[2] UNESCO. Título sobre el programa “Hombre y Biosfera”: Capítulo II. El hombre pertenece a la tierra, 1986. p. 109.
[3] Ampliar información en LUCIÈ, Sauvè.
[4] Ibid, p. 21
[5] SAUVÉ Lucié. Una Cartografía de Corrientes en Educación Ambiental. Cátedra de investigación de Canadá en educación ambiental, Université du Québec à Montreal.
[6] Tomado de Conferencia Intergubernamental de Educación Ambiental organizada por UNESCO – PNUMA en Tbilisi, 1977. En: MEINARDI, Elsa y REVEL, Andrea. Teoría y Práctica de